Es una variedad especial del tejido conjuntivo, caracterizado por su resistencia y rigidez que le permite soportar grandes presiones, servir de soporte a los músculos, protege a los órganos vitales y constituir el elemento pasivo de la locomoción. Además sirve como reservorio de calcio y fósforo.
CLASES DE TEJIDO ÓSEO
Según la disposición de sus laminillas, existen dos tipos:
- Óseo Esponjoso: Está formado por una trama esponjosa de láminas entrecruzadas. Sus huecos están rellenos de médula roja con una importante función hematopoyética, puesto que en ella se originan los eritrocitos de la sangre. El tejido esponjoso se encuentra en las epífisis (extemos) de los huesos largos y en el interior de los cortos y anchos.
- Óseo Compacto: Está formado por diversos sistemas de láminas concéntricas, recorridas longitudinales por numerosos canículos, llamados conductos de Havers, por los cuales pasan los vasos sanguíneos y los nervios que vivifican al hueso. El tejido compacto se halla en la periferia del hueso, en general, y en la diáfiis (parte media) de los huesos largos.
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